El Gatto con tacos: Por Andrea Gatto

Ayer fue día de San Valentín y sin duda alguna se respiró un ambiente distinto. Ridículas parejas por las calles inundaron mi vista mientras se daban... globos, corazones, chocolates y peluches.

No soy un grinch (aunque ese sea de Navidad) ni uno de esos nuevos entes llamados “forever alone” porque aunque me lean “ardidón” de verdad ayer sí hubo una pareja que me enamoró, una pareja que lleva más de 7 años de relación a la cual sólo le falta llegar al altar. Ella, tiene curvas que hacen que grandes y chicos se desvivan por tocarla en todo el mundo, él, mueve las caderas mejor que Shakira; y curiosamente está relacionado con otro que sí salió con ella.

Seguramente ya saben de quienes hablo (pequeños Sherlock Holmes), sí, Lionel Messi y la pelota. “Pero el Barcelona esta a 10 del Madrid” me cuestionarán algunos. Pues sí pero en el futbol es imposible ganar todo y siempre, si fuera así sería aburrido y monótono. Maradona, Pelé, Zidane, Cruyff y Di Stéfano no siempre ganaron todo por lo que compitieron y nadie duda de su exquisitez con la pelota.

Ayer Messi mostró que ama a la pelota, no la suelta a menos que sea a alguien que sabrá qué hacer con ella. Tristemente todo se ha quedado en relación de manita sudada porque el altar parece lejos. Lio le ha pedido la mano 2 veces (2006 y 2010) pero simplemente no llega la consumación del matrimonio. Aún así el amor que profesa hacia la pelota es inigualable. No se espera a que sea 14 de febrero para hacerla sentir bien, nunca se separa de ella, no la deja escaparse pero a ella no parece importarle.

En fin, ayer no fue un San Valentín más, fue un día donde mientras unos les bajan las estrellas a la que probablemente no será su esposa, Messi siguió enamorando a su amada pelota esperando que ésta le de el sí en Brasil 2014.

Andrea Gatto

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